Jardines de palacio

Habia anochecido y por fin podia sacar mi vena rebelde que ocultaba a todo el mundo. Llevaba un vestido de raso azul, lo suficientemente austero para salir y el pelo recogido en una larga trenza que caia por mi espalda. Llevaba mi capa de terciopelo azul en una mano y caminaba sigilosamente por los jardiens para acercarme a la puerta trasera de palacio y asi poder salir de el. Despues cogeria a calcetines, mi caballo color canela, e iria a dar una vuelta por el bosque

*estaba en la guardia.vigilando los jardines cuando vi a la princesa salir a escondidas.volvia denuevo a escaparse por lo que parecia.debia impedirle salir y llevarla de vuelta.esas eran las normas, y yo debia cumplirlas sin que nadie sospechara nada, era mi deber como caballero.llevaba puesta la cota de maya y todo lo que un caballero necesita, nadie me reconocia ni podia ver que en realidad yo era una mujer, mis pechos estaban cuviestos por vendages y mi cara apenas estaba a la vista.me acerque a la princesa sin armar mucho escandalo*
-alteza, que haceis?¿no podeis salir y lo sabeis*le dije cambiando mi voz para que sonase masculina*

Me sobresalte al oir una voz a mis espaldas me gire. Era uno de los caballeros de mi padre.
-Por favor.-le dije.-No digas nada, necesito salir. Solo va a ser un rato.-le digo mientras me ponia la capa y segui avanzando hacia mi libertad nocturna

*la segui, no podia permitirlo, eso me causaria problemos y al final se fijarian demasiado en mi y yo devia pasar desapercivida para que no me descubriesen*
-alteza, deveis comprender que no puedo permitirlo...las ordenes son las ordenes y vos no podeis salir

Me giro. Nadie nunca habia tenido el valor de decirme que no. Suspire.
-De acuerdo acompañame.-dije refunfuñando

OFF:la firma demasiado grande

*obedezco sus ordenes y la acompaño sin atreverme a preguntar a donde vamos*

off: ya cambio^^

Salgo por la puerta.

OFF:pueblo

La luna estaba ya en lo más alto del cielo estrellado;me apoyé de en uno de los árboles que allí habían,levantando la cabeza para admirar maravillada el inmenso firmamento.
Mirándolo me sentía insignificante...
Entonces recordé a quien esperaba,y mis ganas por verle crecieron de nuevo;escudriñé en la oscuridad entre los arbustos,buscando a alguien que se acercara...
Me había hecho un recogido con el pasador de oro de mi madre (no creo que le importe) y llevaba una especie de camisón muy formal...

Giré la cabeza para dedicarle una sonrisa,antes de coger la rosa con cuidado para que no se estropease.
-Estás perdonado.Pero solo porque trajiste mi flor favorita,que si no...-dije divertida,atrayendo la flor hasta mi nariz para aspirar su aroma.Todavía olía al rocío de la mañana...ahh...
No me dí cuenta de que había una espina,y me pinché el dedo índice.
-¡Ay!-dije débilmente,llevándome el dedo a los labios.-Toda rosa tiene su espina,debería recordarlo...-reí entre dientes.

Le miré como medio embobada,con mi mano todavía en la suya.
Abrí la boca para decir algo,pero la volví a cerrar.
-Es la naturaleza de una rosa:son hermosas,pero a la vez dañinas...-dije al fin en un susurro.-No es para tanto...gracias.-dije levantando la mano que todavía tenía entre las suyas para rozar levemente su mejilla en señal de agradecimiento...
Luego la volví a bajar.

Hacía como que miraba el hermoso paraje,pero de vez en cuando le miraba de reojo con sumo interés...me parecía mucho más interesante que todas las flores de este jardín juntas.
-Te lo dije,este sitio es hermoso.-le dije por lo bajo,alzándome un poco a su oído para que me oyera.

Le miré enarcando una ceja,con curiosidad.
-¿Es que hay alguna razón oculta o algo por el estilo?-pregunté,esperando su respuesta.

Fruncí el ceño,echándome algo hacia atrás ante sus palabras.¿Pero qué...?
-¿Por qué...?¿Qué sucede...?-dije simplemente.-¿Por qué?-repetí de nuevo,cruzándome de brazos.
Kahla se había puesto del mismo modo...algo raro pasaba,eso ya lo sabía...pero,¿él lo sabía?

Le lancé una mirada confundida...
Su mirada,sus palabras,todo era sincero.Eso me asustó.
-Por favor,te lo pido,quien quiere hacernos daño.-le supliqué realmente preocupada,apretando mis manos en torno a sus muñecas en nuestro abrazo.
No quería irme...y menos alejarme de él ahora...

Retrocedí hacia atrás,aflojando los brazos,soltándome de los suyos.
-¿Qué...qué te hemos hecho?Yo no sé lo que haya podido hacer mi padre...pero mis hermanas,mi madre...yo...no tienes motivos para dañarnos a nosotras.-dije en un susurro,mirándole suplicante.
Quería comprender...pero la verdad no podía.

Le escuché atentamente,paralizada en el sito,hasta que dijo que...
-¡NO!-grité demasiado fuerte.-¡Nadie va a morir,y menos mi padre!¡Eso no...si muere él,aunque no quieras también tendrás que matarme a mi!